Para muchos, una bicicleta es un simple objeto con el que divertirse y hacer deporte, pero para otros, es algo más que eso, es como una fiel compañera con la han compartido multitud de momentos, la mayoría buenos, como el sentimiento de libertad, el contacto con la naturaleza, los pequeños triunfos, y otros no tan buenos, como las caídas. Para este segundo tipo de ciclistas, los más sentimentales que hayan decidido que su bici ya ha dado lo suyo y es momento que dejarla descansar, tienen la opción de rendirle homenaje colgando en la pared de su salón el manillar de su vieja bicicleta como si de un trofeo de caza se tratase. Una forma de tenerla siempre presente y honrarla como se merece.
La empresa británica que presta este inusual servicio de taxidermia, monta el manillar sobre una placa de roble, junto con el epitafio que queramos. La tarifa base es de 40 libras, lo que vendrían a ser unos 50 euros al cambio de divisas actual.
En Bicycle Taxidermy no solo ofrecen este tipo de servicio, también podemos comprar un simple trofeo ciclista con varios modelos en stock a elegir dependiendo de la forma del manillar que más nos guste, por unos precios que oscilan entre las 100 y 120 libras.
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