Diseñado por unos estudiantes suecos llamados Anna y Terese, el casco que veréis a continuación «brilla por su ausencia» (literalmente). Es tan invisible que incluso los agentes de tráfico podrían pararte e intentar multarte por circular sin él.
El innovador invento se coloca en el cuello y se ajusta a él con una cremallera. Permanece plegado hasta el momento en que unos sensores reconocen en tan solo 0.1 segundos algún tipo de movimiento fuera de lo normal, como podría ser un posible impacto o una caída de la bici. En ese momento y a modo de airbag, el casco se hincha de aire y se coloca alrededor de tu cabeza para evitar un traumatismo.
Gracias por compartirlo Sofi