Un joven y peludo habitante de una perrera espera a que alguien lo quiera adoptar. El tiempo pasa y el beagle empieza a desesperarse. Hasta que un día, la persona indicada parece haber entrado por la puerta. Tendrá que hacer todo lo posible para dejar ese frío lugar y conseguir la familia soñada.
Aprovecho para pediros que si os han regalado un perro, gato o cualquier mascota, por favor, no lo abandonéis y tratadlo como a uno más de la familia. Ellos son lo más fiel y noble que encontraréis en muchos kilómetros a la redonda. Confían ciegamente en sus amos y son lo único que tienen y aman.